...del Valle del Aconcagua, hacen el entorno ideal para conectar la emoción y disfrutar de las propiedades que nos entrega la naturaleza...
Lo transforma en un té 100% artesanal. Cada detalle no es al azar, sus tiempos de macerado y la fina selección de cada ingrediente hacen de cada producto una esencia y un sabor único.
Para nosotros los nombres no son
casuales.
"Con", preposición que une
elementos, los relaciona, es de inclusión. Es propia.
"Placer", concepto de deleite y regocijo que se
logra con algunas acciones. Como lo es un rico
té.
"Té" , nuestro principal motivo
de unión...
A través del placer de un buen té, queremos compartir con
ustedes...
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Para conocer el origen del té,
debemos retroceder al año 2.737 A. C. Según cuenta la leyenda China, fue el
emperador Shen Nung quien descubrió esta infusión por casualidad. Éste había
ordenado que todo agua que se fuera a consumir, fuera primero hervida. Un día,
mientras descansaba bajo la sombra de un árbol de té silvestre, un ráfaga de
aire hizo que unas hojas del árbol cayeran dentro del agua hirviendo. Atraído
por su olor, el emperador probó la bebida y quedó prendado por su refrescante
sabor.
La cultura hindú por su parte, atribuyó el descubrimiento del té
al monje Bodhidharma
-fundador de la forma de budismo Zen-, quien lo usaba
como tónico medicinal y reconfortante durante sus viajes. Hoy en día, India es
el segundo mayor productor de té a nivel mundial, a la vez que los tés de las
regiones indias de Darjeeling y Assam son reconocidos como los más finos del
mundo.
Existen diferentes variedades de
té, en relación al proceso que viven posterior a su recolección. Todas las
variedades del té provienen de la misma planta la Camellia sinensis. Esta planta
en estado salvaje puede convertirse en árbol y llegar a medir incluso 15 metros.
Sin embargo, cuando se cultiva para una posterior recolección, esta planta se
deja a una altura pensando en la cosecha. Dependiendo del terroir
(características de la tierra para un producto agrícola) va cambiando las
características de sus hojas, esto es por la humedad, altitud, temperatura, tipo
de suelo nutrientes y lluvia.
Existe Té Blanco, Té amarillo, té verde, Té
oolong u azul, te negro y té rojo.
La temperatura del agua es
fundamental para preparar un buen de té. Por lo general no se utiliza agua
hervida. Lo ideal es que la temperatura se adecúe en relación a la variedad de
té que vayamos a preparar, entre 70 y 95 ºC .
No olvidar que el té es
casi 99% agua, de ahí la importancia de la misma. Si tenemos un buen té, pero
utilizamos agua de baja calidad, no conseguiremos un buen sabor en la
preparación.
Colocar dentro de la tetera, una cuchara de té por cada taza
que vayamos a preparar.
Verter el agua caliente dentro de la
tetera.
Dejar reposar el agua en función del tiempo que se estime
necesario para cada variedad.
Tras el reposo, servir el té y endulzar al
gusto, aunque lo ideal es no endulzar para no disfrazar su real sabor.
No
es menos importante disfrutar un té en grata compañia y en un entorno
agradable.
TÉ BLANCO: Entre 3 y 7 minutos de
infusión a una temperatura de 70 ºC aprox.
TÉ
VERDE: Entre 2 y 3 minutos de infusión a una temperatura
de 75 a 85 ºC aprox.
TÉ ROJO: 3 minutos de infusión a 95
ºC.
TÉ OOLONG O AZUL: 3 minutos de infusión a 85
ºC.
TÉ NEGRO: Entre 4 y 5 minutos de infusión
a 95 ºC.
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